"El Santo del día, una luz que guía nuestro caminar"
Hoy 31 de mayo la iglesia celebra la fiesta de la Visitación de la virgen a su prima Isabel.
El episodio que precede a la visitación de María a su prima Isabel es la anunciación del ángel a María. Es decir, María va a visitar a su prima cuando sabe que sería madre de Dios. ¿Qué rey, emperador o presidente ha habido en la historia que sabiendo de su cargo va a hacerle los mandados a sus primos? Y, sin embargo, María, que contaba con una dignidad muy grande sobre la tierra, se humilla y va a servir a su prima. Podemos decir que se adelanta al mandato de Cristo de la última cena de “amarnos los unos a los otros como Él nos amó”
Hablar de María, por tanto, significa hablar de la caridad, del amor, de la entrega desinteresada a nuestro prójimo, de la donación y servicio por amor. Una característica muy peculiar que encontramos en la caridad de María es la siguiente, se levantó presurosa. El evangelio nos da a entender que María tenía prisa por ayudar a su prima que estaba por dar a luz. Por ello, la verdadera caridad implica, en primer lugar, levantarnos de donde estamos para servir a los demás.
Los efectos de la encarnación en María es el servicio. María se olvida de sí misma y acude con prontitud en ayuda de Isabel. El primer gesto de María tras acoger la palabra es ponerse en camino y marchar a aprisa.
Unos de los rasgos más característicos de la fe en Dios es saber acudir junto a quien está necesitado de nuestra presencia. Una manera de amar que debemos recuperar en nuestros días consiste en acompañar a vivir a quienes se encuentran hundidos en el dolor, los problemas…
Estamos formando una sociedad que está hecha para los fuertes, los agraciados, los jóvenes, los sanos, los triunfadores… Procuramos rodearnos de personas simpáticas y sin problemas que no pongan en peligro nuestro bienestar, convirtiendo el amor en un intercambio mutuo de favores.
Ponerse en camino no es fácil cuando nos consideramos muy ocupados, muy aviados, creernos muy pero muy importantes… Todo esto pone en peligro en el creer que Dios se hizo hombre, que Dios comparte nuestra vida, que Dios se humaniza, que Dios camina con nosotros.
Para ponerse en camino necesitamos recuperar el BENDECIR significa hablar bien, mirar bien, desear el bien….
¿Cuántas veces nos quedamos solamente en buenas intenciones, en un quisiera ayudar pero...? Sin embargo, la caridad implica levantarnos de nuestros propios gustos, de nuestros intereses personales, de nuestras formas de pensar, para servir por amor a Dios a los demás. Si Juan Pablo II nos dice que buen samaritano es aquel que se para junto a la vida de otro hombre para ayudarle a cargar con su cruz, también podemos decir que todo buen hijo de María es aquel que se levanta presuroso de sus propios gustos para servir a los demás.
Si frente a tus éxitos, a las alabanzas y al aplauso de las criaturas, si ante las gracias que Dios te concede eres todavía capaz de vana complacencia, es precisamente porque no has tocado aún, como María, el fondo de tu bajeza, no te has hundido bastante en la consideración de tu nada, no te has convencido aun prácticamente de tu radical insuficiencia, impotencia, miseria y debilidad. Pide a María la gracia de introducirte en este conocimiento claro y práctico de tu nada. No te hagas ilusiones; el camino para arribar a esa meta, reservado a ti, que has heredado de Adán el germen del orgullo, es un camino áspero y duro: el camino de las humillaciones. Pero María es Madre; y si Ella te acompaña, con su ayuda se hará todo más fácil y suave.
Tambien en este día la iglesia hace memoria de:
- Santa Petronila – Virgen y Mártir
- San Félix de Nicosia – Religioso Capuchino
- Beato Jacobo Salomi – Presbitero
- Beato Nicolas Barré – Sacerdote y fundador
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