Pátzcuaro Michoacán conjunta la vida moderna con las tradiciones purépechas. Un paseo por su centro de este Pueblo Mágico te llevará al pasado a través de calles empedradas y empinadas, llenas de gente y artesanías. Las iglesias de estilo barroco y neoclásico le dan el toque distintivo a las amplias plazas, y a las casas de adobe y teja.
Este pueblo mágico puede presumir más de 500 años de historia. Fundado por Don Vasco de Quiroga para ser el centro político y religioso de la región. Él erigió la Basílica de Nuestra Señora de la Salud y fundó la primera universidad de México, el Colegio de San Nicolás, hoy Museo de Artes e Industrias Populares.
Recorrer este lugar es deleite para conocedores, exploradores y fotógrafos. Por las mañanas, acude a la plaza Gertrudis Bocanegra, un excelente lugar para degustar productos típicamente michoacanos como los charales secos, las corundas rellenas o el queso Cotija. Por las tardes acude a restaurantes, cafés, neverías y mezcalerías de moda que congregan a locales y foráneos bajo los portales de la plaza Vasco de Quiroga amenizadas con la música tradicional de los viejitos.
Además de tener una ubicación privilegiada en la ribera del lago y una naturaleza imponente en sus alrededores, Pátzcuaro es un destino que atrae por el gran colorido de sus tradiciones y el aire provincial que brindan sus casas de blancos muros y techos de teja. Pero también la historia local y sus personajes son algo que hay que conocer para disfrutar al máximo de la estancia en este Pueblo Mágico.
En el restaurante La Trattoria, ubicado en el Portal Hidalgo, ofrece buenos platillos regionales como los “Huevos Mineros”. Entre muchas otras historias, cuentan que los comía doña Gertrudis Bocanegra, una de las heroínas locales que participó como espía en la Guerra de Independencia.
La plaza principal se llama Vasco de Quiroga, este zócalo resulta fascinante porque no hay ninguna edificación religiosa ni de gobierno en su perímetro, situación planeada por quien fuera obispo de Michoacán para motivar la convivencia de las castas indígenas, criollas y españolas en un mismo espacio. Hay desde casonas señoriales hasta modestas edificaciones.
La Basílica de Nuestra Señora de la Salud es un templo que Tata Vasco proyectó originalmente con cinco naves, plan que se vio truncado al cambiar la sede obispal a Valladolid, hoy Morelia. Fue designada Catedral en 1924 y está construida sobre algunas estructuras prehispánicas. También es el sitio donde descansan los restos de su fundador.
El Templo y Ex Colegio de la Compañía de Jesus hoy es un centro cultural. Una de las exposiciones permanentes es sobre la diversidad de juguetes tradicionales, sobre todo de madera, que se elaboran en Michoacán. Da gusto verlos y recordar que en algún momento todos tuvimos un balero, un trompo y un carrito o juguete de madera.
El templo más fotografiado de Pátzcuaro es El Sagrario, por sus particulares arcos almenados que, junto a la calle empedrada, le dan ese toque especial de Pueblo Mágico. Esta iglesia fue el aposento de la Virgen de la Salud hasta principios del siglo pasado, cuando fue trasladado a la Basílica.
La producción artesanal de Pátzcuaro y sus alrededores es impresionante, en la Casa de los Once Patios se pueden conocer y adquirir productos con bordados, madera, alfarería, laca y tule. Es de llamar la atención los bordados que hace una cooperativa de mujeres del pueblo de Santa Cruz, en los que narra con gran creatividad las tradiciones regionales.
La vista de Pátzcuaro desde el mirador del cerro Estribo Grande es portentosa, porque ves al pueblo desde las alturas y toda la cuenca del lago, puedes subir los 416 escalones que ascienden hasta la punta del cerro.
La vida nocturna en Pátzcuaro es relativamente tranquila; sin embargo, una opción deliciosa y diferente es el Peña-Restaurant-Bar Voces de Luna, un espacio único e íntimo donde cada sábado hay trova en vivo o música cubana.
Otra hermosa vista de este Pueblo Mágico, sin tener que subir a miradores, se obtiene desde el restaurante del Hotel Posada Basílica. Es recomendable probar en este lugar los chilaquiles con queso fundido y tocino acompañados de un delicioso café.
En los alrededores de Pátzcuaro hay mucho que ver, puedes ir a alguno de los muelles, tomar una lancha a Janitzio y subir por sus laberínticas calles hasta el monumento a Morelos; o puedes zarpar a otras islas comoUrandén o Yunuén. Otra alternativa es dirigirte hacia Tzintzuntzan y conocer Las Yácatas de la antigua capital purépecha.
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