Darle más importancia al concepto de Dios que al Amor, es como valorar más el envase que el contenido.
Nuestro destino lo creamos nosotros mismos, así sea buenos o dolorosos. dejemos esa falsa programación que todo lo que nos sucede es por una entidad superior, dejemos de medir nuestro dolor buscando a una entidad superior para que nos ayude. El verdadero Dios nos dio el libre adbedrio de estar aquí encarnando - dejando un coche para tomar otro - viviendo experiencias humanas en este sueño-juego llamado vida.
Dios nos dio parte de el, de la fuente divina espiritual, El habita en cada uno de nosotros en el profundo yo, en cada interior. Envió a Jesús a mostrarnos el camino, y ese camino es la de Creer en nosotros mismos, en nuestro verdadero ser cuya esencia es el Amor, jamas olvidemos que estamos lleno de amor, de luz, encendamos nuestra propia luz no sigamos a otros seres de luz que en esta dimensión solo son los falsos para distraernos desde el inicio del tiempo.
"Amor (conciencia) = Dios"...así de simple es la fórmula, y no la vamos a encontrar arrodillados ante una cruz, ni golpeando la cabeza en el muro de los lamentos, ni girando alrededor de un cubo negro en la Meca, tampoco la encontraremos asistiendo al carísimo "retiro espiritual", ni aprendiendo de memoria todos los libros sagrados...pues el resultado de aquella fórmula nunca ha estado en ningún lugar más que dentro de ti, justo al centro de ti.....solo queda despertarlo, podrá controlar tu destino, y hasta salir de este juego y su coche..
