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Siento una debilidad… por los secretos tras bastidores.

En 1986, la leyenda de Hollywood Tom Cruise, el director Ridley Scott, un cargamento de hielo seco y una canción de Berlín revolucionaron la forma de ver a jóvenes engreídos pilotar aviones de combate F-14 a gran velocidad en el cielo. Producida por los legendarios Don Simpson y Jerry Bruckheimer, la película fue un éxito rotundo, recaudando 356 millones de dólares con un presupuesto de sólo 15 millones, una miseria en términos actuales.

Ahora, 36 años después, a la manera de secuelas heredadas como Blade Runner: 2049, Star Wars: The Force Awakens, Halloween y similares, Cruise vuelve, con un guión de su co-conspirador de Misión Imposible Rogue Nation y MI Fallout, Christopher McQuarrie, en Top Gun: Maverick, la esperada segunda entrega de la historia de Pete Mitchell, el mejor piloto conocido del universo (¿mejor que Luke Skywalker? No lo sabemos. Probablemente ni siquiera sean comparables).

Coprotagonizada por Miles Teller, Jon Hamm, Ed Harris y Val Kilmer, y dirigida por Joseph Kosinski-Olivion, Tron: Legacy, la película, como ya es tradición en cualquier gran estreno protagonizado por esta particular estrella del cine de 100 megavatios, contará con secuencias de acción realistas de última generación en las que intervienen cazas F-18 Super Hornet, intensas fuerzas G, volteretas y todo tipo de acrobacias aéreas. Y en este vídeo, De Película se adentra en las entrañas del desarrollo de la película, los locos riesgos, las salvajes acrobacias y exactamente cómo piensan dejarnos sin aliento esta vez.

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