El día de nuestra boda siempre llegamos al altar con el propósito y la esperanza de que el nuestro a diferencia de los demás matrimonios va a ser un matrimonio perfecto en el cual todo será color rosa y nunca vamos a tener problemas. Pero la verdad, no hay nada más lejos de la realidad. Todas las parejas tenemos nuestras diferencias.

El matrimonio no es el resultado de una linda emoción que sentimos el día en que nos casamos, el matrimonio es el resultado de un compromiso, el matrimonio no es el resultado de que alguien oró por nosotros y todo va a salir bien, el matrimonio es el resultado de un trabajar juntos, el matrimonio al igual que una buena construcción se construye con tiempo, con esfuerzo y con recursos.

El matrimonio es algo a lo que usted se debe comprometer para que funcione, porque si usted no se compromete usted tendrá como muchos otros un matrimonio fracasado.

Dios no quiere que su matrimonio fracase, Dios hace todo lo que Él necesita hacer para que su matrimonio no fracase, nos corresponde a nosotros hacer todo lo que podamos hacer para que nuestro matrimonio no fracase.

Se lo voy a decir de esta manera, el matrimonio no es apto para los de débil corazón, es algo que se requiere de trabajo, de esfuerzo y de mucho compromiso.

Entonces ¿por qué es qué fracasan muchos matrimonios?

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