Pasadas las tres de la madrugada, cuando todavía se contaban votos en todo el país y la presidencia estaba en el aire, Donald Trump apareció con su familia en la Casa Blanca, denunció fraude y se proclamó vencedor, aunque dijo que llevará el recuento a la Corte Suprema. «Esto es un fraude al pueblo americano, es una vergüenza para nuestro país, estábamos a punto de ganar las elecciones, y honestamente, las hemos ganado», dijo el presidente.
No era la noche que esperaba el actual presidente de EE. UU. En realidad, no hay resultados definitivos. Varios estados están aun en el aire. Muchos condados habían paralizado el recuento hasta la mañana del miércoles, y hay estados que lo haran el jueves 5 de noviembre. Joe Biden había hablado una hora antes. Y Trump, con aire entre molesto y confundido, salió con un papel guardado en el bolsillo de la chaqueta a repasar datos y decir que iba por delante en Florida, Tejas, Arizona, Carolina del Norte, Michigan, Ohio y Pensilvania, suficiente para ganar.
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