A raíz de la desaparición, en 2003, de su hija Marita Verón, la desesperación por encontrarla y la dejación de las instituciones hicieron que Susana Trimarco iniciara su propia investigación, cuyos hallazgos pusieron al descubierto la complicidad de funcionarios incrustados en el aparato estatal de Argentina. Más tarde, los indicios de la investigación institucional apuntaron a España, que es además país de destino para miles de mujeres presas de las redes transnacionales de la trata.

Con los escasos recursos que tenía, Susana Trimarco rescató a muchas mujeres jóvenes que se encontraban en los prostíbulos que allanaba buscando a su hija Marita: las llevaba a su casa hasta que el Estado podía hacerse cargo de ellas.

Es así como en 2007 nació la Fundación María de los Ángeles, con la intención de brindar asistencia integral a mujeres víctimas del delito de trata de personas. Fue gracias a la lucha de Susana Trimarco que Argentina, en 2008, impulsó la primera ley que tipificaba el delito de trata de personas y garantizaba la asistencia a las víctimas. A partir de su sanción y reglamentación se generaron diferentes dispositivos para combatir este flagelo desde el Estado. Desde entonces 6.067 personas víctimas de trata han sido rescatadas.

Aunque la perspectiva sobre la trata de personas ha cambiado sustancialmente en la última década, el camino para erradicar esta grave violación a los Derechos Humanos es todavía largo y requiere de profundos cambios jurídicos, sociales y culturales, destinados a la eliminación de la compraventa de vidas humanas.

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