“Ni Reina, ni Embajadora…simplemente interlocutora”, dice Doña Miriam Peraza con la misma humildad que abre las puertas de su casa, de su propia cocina para develar los secretos y las historias que son parte ineludible de la sazón de la cochinita pibil, un platillo que colocó a la cocinera yucateca en la plataforma más importante de contenidos en el mundo y en las pantallas de los suscriptores de más de 120 países.
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