Durante los Juegos Olímpicos de Munich 1972, el terrorismo se adentró a la Villa Olímpica, luego de que el grupo Septiembre Negro irrumpiera en los dormitorios de la Delegación de Israel para tomarles como rehenes y demandar la liberación de prisioneros palestinos en cárceles israelíes.
Las negociaciones tuvieron las peores consecuencias: 11 atletas hebreos murieron en la matanza más dolorosa que recuerde el movimiento olímpico internacional, además de la muerte de un policía alemán y cinco palestinos.
Sin embargo, de entre los sobrevivientes a aquel ataque se encuentra Shaul Ladany, el primero que informó a las autoridades alemanas sobre el ataque. Ladany es un ex atleta que le tiene especial cariño a México, pues en los Juegos Olímpicos de 1968 hizo su debut en la prueba de 50km de caminata y que, en Munich 1972 regresó a Alemania tras sobrevivir también al campo de concentración Bergen Belsen.
Ladany es un estandarte no solo para la comunidad judía. Su valentía para escapar del atentado y su capacidad de perdonar a quienes lo sometieron durante la Segunda Guerra Mundial, hasta encontrar en el deporte un motivo para encontrar nuevos retos, lo hacen uno de los olímpicos que demuestra cómo hay logros aún más loables que alcanzar una medalla.
