30 de enero de 1933, Alemania. Adolf Hitler es nombrado canciller y el régimen nazi comienza rápidamente a restringir los derechos civiles y humanos de judíos y demás "enemigos del Estado", e inaugura el primer campo de concentración -Dachau- situado cerca de Múnich.

Los nazis persiguen no sólo a judíos y presos políticos, sino también a miles de hombres y mujeres homosexuales a los que localizan gracias a las denuncias del pueblo germano, un opinión pública que los calificarían de "perversos".
Aunque a los nazis les preocuparon menos las personas lesbianas, también las llegaron a investigar e interrogar porque, según la ideología nacionalsocialista, éstas eran culpables de reducir la natalidad del Reich y debilitar la "raza superior". Muchas de ellas acabarían en campos de concentración donde serían golpeadas, violadas y asesinadas.

Durante la República de Weimar, que gobernó Alemania de 1918 a 1933, la sociedad bávara experimentó complejas transformaciones sociales, políticas y culturales. Los alemanes no sólo gozaban de mayores libertades en general, sino que también desafiaban públicamente las normas sexuales y de género. Esto se experimentó con mayor incidencia en grandes ciudades como Berlín, Hamburgo y Frankfurt.

En esta época se desarrollaron distintas comunidades de lesbianas. Para fomentar redes y conexiones, fundaron clubes y asociaciones sociales. Los más famosos fueron los clubes femeninos Violetta y Monbijou de Berlín, que celebraban reuniones informales en bares y clubes nocturnos de lesbianas, entre ellos el popular club nocturno Eldorado.

Los lugares de encuentro fueron anunciados en una nueva prensa lésbica que surgió a mediados de la década de 1920. Las revistas dirigidas a esta comunidad también aportaron su grano de arena al crecimiento de dichas redes homosexuales. Mientras que en las grandes ciudades las lectoras podían comprar estas revistas en los quioscos, en el resto del país podían suscribirse a ellas por correo. Al mismo tiempo empezaron a aparecer con más frecuencia otros tipos de literatura lésbica, incluidas las novelas.

Los debates públicos sobre sexualidad se habían producido en Alemania desde finales del siglo XIX. Sin embargo, el ambiente social durante la República de Weimar favoreció el surgimiento de más espacio para estas conversaciones. El médico e investigador sexual Magnus Hirschfeld, junto a otros, organizó "Ligas de la amistad" de gays y lesbianas, que también incluían a miembros heterosexuales. Estos grupos abogaban por la despenalización de las relaciones sexuales entre hombres y la derogación del "Párrafo 175", que desde 1871 prohibía los encuentros físicos entre varones. En este empeño, encontraron aliados en la izquierda y el centro políticos.

Hirschfeld y otros también intentaron educar al público sobre la sexualidad. Por ejemplo, promovieron las ideas de que la homosexualidad es innata y no un vicio o una perversión.

Muchos alemanes se oponían a estas discusiones públicas sobre sexo y sexualidad. Consideraban estos debates decadentes, excesivamente permisivos e inmorales. A muchos les molestaba la creciente visibilidad del sexo en la publicidad, el cine y otros aspectos de la vida cotidiana. Para estos alemanes, las comunidades de gays y lesbianas eran un símbolo de lo que consideraban la degeneración de la sociedad.

Diversos grupos políticos de derechas y de centro culpaban a otros, como los judíos, los comunistas y los estadounidenses, de corromper la cultura alemana.

Incluso antes de llegar al poder, a muchos nazis les molestaba la visibilidad de las comunidades de gays y lesbianas. Condenaban la homosexualidad como una amenaza para el pueblo alemán. Así, el Partido Nazi se opuso oficialmente a cualquier intento de despenalizar las relaciones sexuales entre hombres. Sostenían que la homosexualidad era un vicio destructivo. No se trataba de un secreto hacia la población; algunos nazis destacados, como Alfred Rosenberg y Heinrich Himmler, eran claramente homófobos . Wilhelm Frick, miembro del Reichstag, el parlamento alemán, declaró en 1927 que "los hombres que practican la lascivia antinatural entre ellos deben ser perseguidos con la máxima severidad. Tales vicios conducirán a la desintegración del pueblo alemán". ..


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