El 18 de junio debería ser declarado como festivo en el calendario chileno. Hace dos años, la Roja derribó al campeón defensor España, en el mítico Maracaná, y lo dejó fuera de la Copa del Mundo. Este sábado, en Santa Clara, California, escenario del último Super Bowl, protagonizó la mejor actuación de su historia en Copa América y venció a México por 7-0 para clasificar a las semifinales.
Eduardo Vargas, el jugador que hace dos días estuvo con el alma en un hilo al saber que su madre sufrió un infarto en Santiago, botó todas las angustias en el campo de los San Francisco 49ers con cuatro tantos, que lo dejaron como cuarto goleador histórico de la Roja y máximo anotador de la competencia. Alexis Sánchez y dos de Edson Puch completaron una tabla de goleo que será difícil de olvidar.
El equipo de Juan Antonio Pizzi despejó todas las dudas que acarreaba gracias a una actuación magistral. Puch abrió la cuenta antes de los 10 minutos tras brillante jugada de Marcelo Díaz. La Roja dominó las acciones sin contrapeso y a los 36' comenzó el show de Vargas. Mandó la pelota a la red, pero le anularon por posición de adelanto. A los 44' sí le validaron el gol tras brillante jugada de Alexis Sánchez.
En los tres minutos de la reanudación, Alexis la envió dentro del arco de Memo Ochoa tras pase de otro que anduvo increíble, Arturo Vidal. Vargas anotó el cuarto en un contragolpe y el quinto tras capturar una pelota dentro del área mexicana. El sexto también fue por aprovechar un balón que quedó picando, pero fue casi sin ángulo. Y el séptimo de Puch fue tras una lucida jugada donde la picó con clase sobre el cuerpo de Ochoa.
México no lo podía creer. En Chile, muchos otros tampoco. El equipo que le ganó a duras penas a Bolivia y que perdió con Jamaica en Viña del Mar, era ahora un conjunto de exhibición, algo así como unos Globetrotters del fútbol: una amalgama entre el jogo bonito en vías de extinción con el tiki taka que no ha pasado de moda.
Siete goles a México, el gran candidato junto con Argentina, que pudieron ser un par más si Vidal hubiese estado fino en la puntería. El del Bayern Munich, quien no estará en semifinales por acumulación de tarjetas amarillas, merecía un gol.
La libreta del técnico Juan Carlos Osorio, aquella que incluso motivó la composición de una cumbia, no tenía respuestas para contrarrestar el vendaval rojo que los azotó en la región de California.
Chile sacó chapa de candidato. Cambió los pasajes a Santiago por otros a Chicago, en donde el miércoles se medirá contra Colombia, en el Soldier Field, el campo del partido inaugural de la Copa del Mundo de 1994. La Roja dejó de bailar con la fea en esta Copa. Ahora se cree el cuento y tiene a 17 millones de hinchas soñando con que puede haber un segundo trofeo continental.
