Los problemas de semejanza de triángulos, en los que alguna longitud es desconocida, pueden afrontarse de 2 formas distintas:

- Usar proporciones entre lados homólogos o correspondientes: planteando estas igualdades, podremos despejar el valor de los lados desconocidos, siempre y cuando halla al menos una fracción en la que los dos lados sean conocidos.

- Usar la razón de semejanza: La razón se define como el cociente entre una longitud de la figura nueva (o copia) y la longitud correspondiente de la figura original. Una vez calculada, los productos nos ayudarán a conseguir nuevas longitudes, mientras que los cocientes nos llevarán a conseguir longitudes originales. (Todo proviene de la misma fórmula)

Ya me diréis si os resultan útiles ambos métodos. Yo los considero igual de importantes.... 😎

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