La expectativa del clásico entre Aldosivi y Alvarado que envolvió a Mar del Plata en los últimos días estuvo lejos de ser saciada dentro del campo de juego porque no sólo que no hubo goles, sino que las situaciones de peligro creadas por ambos equipos se cuentan con los dedos de una mano.
La tarde nublada, ventosa y fría en la Feliz, que incluso por momentos tuvo una lluvia con gotas que golpeaban como piedras, estuvo acorde al desarrollo del encuentro que careció de creatividad, sobre todo del lado de la visita, y en el que sobraron los pelotazos.
Sin dudas que los protagonistas más destacados de la jornada fueron los hinchas de Aldosivi -que aunque ambos juegan en el Minella, tuvieron la localía-, quienes cantaron durante toda la tarde en lo que para muchos fue su primer clásico.
Al minuto 13 vivieron el momento con más folclore porque en la popular aparecieron carteles con el número 13 mientras le cantaban al Torito en conmemoración al clásico de 1994 que terminó en una goleada histórica a favor del Tiburón.
Pese a no haber estado presentes en el Minella, los hinchas de Alvarado tuvieron su propia fiesta y se reunieron en la Villa Deportiva, donde se colocó una pantalla gigante.
"Les dije (a los jugadores) que disfrutaran, ayer la gente hizo una fiesta. También tenían que tratar de no pensar mucho por lo que genera este partido", confesó Andrés Yllana, el técnico del Tiburón, en la conferencia de prensa posterior al encuentro, y agregó: "Estoy feliz de haber sido partícipe de este clásico que será histórico".
El resultado pareció dejar conformes a ambos equipos por la actitud que mostraron en los últimos minutos, aunque Aldosivi tuvo más chances para haberse llevado una victoria. Pese al resultado, la gente despidió a los jugadores con un aplauso ensordecedor y se quedaron cantando varios minutos después de que finalizó el clásico.
Habían pasado 27 años de la última vez que un equipo con camiseta verde y amarilla a bastones enfrentaba a otro de azul con la banda blanca cruzada al pecho. En esa ocasión, que no fue en el Minella, a los 30 minutos se suspendió producto de las peleas en la tribuna -estaban ambas hinchadas- y que continuó en las afueras con gases lacrimógenos de los policías parece que fue solo un mal recuerdo. Este sábado el gran ganador fue el fútbol porque en la previa se vivió una verdadera fiesta y al término del encuentro los simpatizantes se retiraron en paz.
La definición que dio el técnico de Alvarado, Mauricio Giganti, en declaraciones a los medios luego del clasico, describe lo que vivió cada marplatense: "Un día sensible, los familiares les escribieron a los jugadores hoy temprano. Fue un día hermoso".
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